Estos medicamentos pueden extinguir rápidamente las células cancerosas pero también afectar a otros tejidos sanos como la médula ósea.
Un
estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista Science
Translational Medicine, utiliza células madre genéticamente modificadas
para proteger la médula ósea de las personas bajo tratamiento. El
organismo constantemente produce en serie nuevas células de la sangre en
los espacios huecos en el interior del hueso. Sin embargo, la médula
ósea es muy susceptible a la quimioterapia.
El
tratamiento disminuye el número de glóbulos blancos de la sangre, lo que
aumenta el riesgo de infección y también reduce la cantidad de glóbulos
rojos, lo que a su vez conduce a la falta de aire y cansancio.
Los
científicos del citado centro de investigación de Seattle dijeron que
estos efectos eran "un gran obstáculo" para el empleo de quimioterapia
y, a menudo el tratamiento tenía que ser suspendido, retrasado o
reducido.
Un estudio preliminar con la participación de tres pacientes con cáncer mostró
buenos resultados. Dos de las personas sobrevivieron más tiempo del
pronosticado y el tercero continuaba vivo tres años después del
tratamiento y sin progresión de la enfermedad.
El
autor principal del informe, el profesor Hans-Peter Kiem, dijo:
"Encontramos que los pacientes fueron capaces de tolerar mejor la
quimioterapia y sin efectos secundarios negativos, después del
trasplante de células madre genéticamente modificadas, en comparación
con pacientes en estudios anteriores que han recibido el mismo tipo de
quimioterapia sin el trasplante de células madre modificadas".
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