El gen 5-HTTLPR es el responsable de la sensación de felicidad que
siente una persona. Así lo afirman los autores del artículo publicado en
la revista Journal of Human Genetics, advirtiendo también que no es
sólo un gen lo que determina que uno se sienta satisfecho con su vida.
En los últimos meses los científicos descubrieron los genes asociados con la tendencia al alcoholismo, con la longevidad, la calvicie, la predisposición a la diabetes e incluso a la promiscuidad. Y ahora se ha identificado “el gen de la felicidad”.
Según indicó el autor principal del trabajo, Jan-Emmanuel de Neve, de
la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, citado por la
revista New Scientist, es la primera vez que se encuentra oficalmente un
gen responsable de la felicidad, agregando que no tienen ninguna duda
de que pronto se encontrarán otros genes semejantes.
El descubrimiento fue realizado utilizando métodos estadísticos. Para
su estudio, Neve y sus colegas utilizaron los datos de la Encuesta
Nacional Longitudinal de Juventud recogidos en EE. UU. en el periodo
entre 1995 y 2008.
Estudios longitudinales son aquellos en los que se investiga al mismo
grupo de gente de manera repetida a lo largo de un período de años. En
este caso los investigadores utilizaron la información sobre el código
genético de 2.574 adolescentes, así como sus respuestas a las preguntas
de un cuestionario, incluida la siguiente: “¿Hasta qué punto usted está
satisfecho con su vida?”.
De Neve halló que existe una correlación entre las respuestas de los
jóvenes a esta pregunta y la variación del gen 5-HTTLPR. Los científicos
ya habían descubierto que la variación de este mismo gen influye en el
funcionamiemto de la ‘hormona de la felicidad’, la serotonina, en el
cerebro. Si una persona tiene una ‘larga’ variación de este gen, está
más expuesta al efecto de la serotonina y, por consiguiente, es más
feliz. Si las tiene más cortas, tiende más al pesimismo.
Pero si anteriormente esta hipótesis se basaba en el estudio de un
grupo de sólo varias decenas de personas, ahora se trata de los
resultados de varios miles, lo que tiene una considerable relevancia
estadística.
Entre los jóvenes estadounidenses que indicaron que están satisfechos
con su vida, el doble tenían dos variaciones largas del “gen de la
felicidad”, que aquellos que tenían dos variaciones cortas del mismo
gen. Según De Neve, los resultados ya han pasado una verificación
independiente en otro grupo de personas.
De Neve comenta que todavía no está claro cómo influye en el humor de
una persona la velocidad del reciclamiento de la serotonina en el
cerebro, pero sí se sabe que las versiones “más eficaces” del gen
aumentan la predisposición de una persona a la felicidad.
En conclusión, el científico subraya que hay muchos factores de los que
depende si nos sentimos contentos con nuestra vida. Y si uno tiene mala
suerte durante toda su vida y sufre desgracias, es poco probable que
los genes le ayuden a sentirse feliz.
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