Una investigación publicada en The
Lancet es la primera prueba de que las células madre pueden resultar seguras a
medio plazo en los seres humanos. El estudio describe 18 casos de pacientes con
enfermedades causantes de ceguera que, gracias a implantes de células madre en
sus ojos, han recuperado la vista.
“Las células madre son capaces de
convertirse en cualquier tipo de célula del cuerpo, pero su investigación no ha
sido fácil porque implicaba algunos riesgos, como la posible formación de
tumores y el rechazo inmunológico”, explica Robert Lanza, autor principal del
estudio y jefe científico de Advanced Cell Technologies (ACT), la empresa estadounidense
que ha financiado el estudio. “Como resultado, vemos que los sitios que no
producen una respuesta inmune fuerte, como los ojos, se han convertido en la
primera parte del cuerpo humano en beneficiarse de esta tecnología”.
Debido a su naturaleza ‘inmunoprivilegiada’,
el ojo es capaz de tolerar células extrañas sin provocar una respuesta
inmunitaria.
El ensayo se centró en regenerar
células de la retina. Se investigó sobre nueve pacientes que padecían la enfermedad de Stargardt, que es
hereditaria. Otros nueve pacientes tratados sufrían degeneración macular asociada a la edad, y oscilaban entre los 21 y
70 años. Tanto la enfermedad de Stargardt como la degeneración macular son las principales causas de ceguera
juvenil y adulta en el mundo desarrollado, y hasta ahora no existían
tratamientos eficaces para combatirlas.
Para comparar las mejorías en la visión de los pacientes, únicamente
inyectaron células madre en uno de los dos ojos. Así, observaron cómo habían
evolucionado unos y otros, y comprobaron que los que no habían recibido células
madre no mostraron mejoras visuales similares.
Los resultados indican que pasados los tres años desde el trasplante,
la mitad de los pacientes recuperaron parcial o totalmente la visión. El
diagnóstico destaca que no se registraron problemas como rechazo. Algunos de
los efectos adversos se asociaron con la cirugía en la retina y la
inmunosupresión, pero los investigadores han señalado que no están relacionados
con las células madre.
Según Steven Schwartz, coautor
principal del estudio y miembro del Instituto Jules Stein (EE UU), “las células
madre son una alternativa a la pérdida de visión progresiva en la gente con
enfermedades degenerativas. La investigación marca un emocionante paso hacia su
uso en el tratamiento de enfermedades que requieran la reparación o el
reemplazo de tejidos musculares”.
Para Anthony Atala, director del
Instituto Wake Forest, en Winston-Salen (EE UU), “el trabajo de Schwartz y sus
colegas es un logro importante, pero el camino para llegar a este punto no ha
sido fácil. Desde el descubrimiento de las células madre regenerativas han
pasado muchas cosas: debates políticos, éticos y científicos de interés
mundial”. Sin embargo, subraya: “Queda mucho trabajo por hacer con las células
antes de ir más allá de ensayos experimentales, pero por lo menos avanzamos en
el camino”. (Fuente: SINC)
Desde que se descubrieran las
células madre embrionarias en 1981, se ha investigado intensamente sobre sus
aplicaciones para regenerar tejidos musculares, reemplazar las células en
pacientes con diabetes e ictus, y tratar trastornos mentales como el párkinson
y el alzhéimer. Pero las células madre plantean incógnitas relacionadas con la
seguridad, como, por ejemplo, si pueden formar tumores, si se producen
reacciones inmunes o si existe algún riesgo de convertirse en tipos de células
no deseadas.
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