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sábado, 28 de enero de 2012

Transplante de nervios, ¿una cura para la obesidad?


Experimentos con ratones con mutaciones realizados por neurofisiólogos estadounidenses, revelaron que el trasplante de células nerviosas es efectivo para restaurar algunas funciones del cerebro.

Un grupo de científicos integrado por los especialistas de la Universidad de Harvard, el Hospital Central de Massachusetts y la Escuela Médica de Harvard, en Boston, lograron trasplantar en ratones adultos células nerviosas embrionarias que no eran susceptibles a la leptina, la hormona que es responsable por el metabolismo y el peso corporal.
Las células trasplantadas restauraron las funciones normales del hipotálamo, la región del cerebro que controla el funcionamiento del sistema endocrino. 

Como resultado, los animales condenados a la obesidad dejaron de aumentar de peso. Los roedores con las células trasplantadas llegaron a pesar 30% menos que los del grupo de control, cuya obesidad fue tratada con  métodos químicos y hormonales.
Los científicos opinan que en el futuro el trasplante de neuronas podría ayudar a curar la epilepsia, la enfermedad de Parkinson, el autismo, las lesiones de la médula espinal y las enfermedades genéticas del sistema nervioso, que han sido resistentes a otros métodos.

Según explican los autores del estudio, que fue publciado en la revista Science, anteriormente se sabía que las células nerviosas podían implantarse solo en dos regiones del cerebro, el bulbo olfatorio y en una parte del hipocampo, una región cerebral responsable de las funciones de la memoria y el manejo del espacio. Sin embargo, ahora se ha logrado restaurar las funciones del hipotálamo, una región del cerebro donde supuestamente no se producía una regeneración natural de las neuronas.
Los resultados del experimento indican que hay más regiones cerebrales aptas para la regeneración o neurogénesis, un fenómeno que durante mucho tiempo fue rechazado tanto por la sociedad científica como por los neófitos. Las neuronas trasplantadas formaron vínculos sinápticos con otras células en el cerebro de los ratones. Sin embargo, los investigadores se encuentran ahora ante el reto de probar estos métodos en humanos.

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