Las autoridades confirman un tercer
fallecido por el H7N9.
Algunos países refuerzan los controles
aéreos.
Vietnam ha prohibido la importación de
aves
Hong tenía
38 años y trabajaba como cocinero en un restaurante de Suzhou. El 17 de marzo
comenzó a sentirse mal y al día siguiente decidió regresar a su Hangzhou natal,
en la provincia costera de Zhejiang, para visitar al médico. En el hospital no
le dieron gran importancia, pero fue ingresado por precaución. Una semana
después su situación empeoró y fue entonces cuando el personal sanitario le
diagnosticó neumonía. La mañana del pasado día 27 murió, pero hasta hoy no se
había confirmado que se trata del tercer fallecido por la nueva cepa del virus
de la gripe aviar -la H7N9-, que ha dado el salto de animales a humanos y
mantiene a los hospitales chinos en máxima alerta.
Porque el
número de casos crece. El día 2 de Abril fueron cuatro, todos en la provincia
de Jiangsu -donde se han infectado seis de los nueve casos reconocidos hasta
ahora por las Autoridades, y hoy a Hong se le ha sumado en la ciudad de
Hangzhou otro hombre, Yang, un jubilado de 67 años que se encuentra en estado
crítico.
Finalmente, una de las cuatro mujeres
afectadas, originaria de la provincia central de Anhui, sufre problemas en
diferentes órganos y podría fallecer en cualquier momento. No obstante, el
Gobierno asegura, y la Organización Mundial de la Salud ratifica, que no existe
conexión alguna entre los afectados, y que ninguna de las personas que han
estado en contacto con ellos. En el caso de Hong se ha analizado a 125 personas
infectadas.
Pero en el
ciberespacio chino cunde el temor a que se repitan crisis como la de la gripe A
o la del SARS de hace una década. “¿Por qué no se ha informado hasta hoy de la
causa de una muerte -la de Hong- que se registró hace una semana?”, se
preguntaba un usuario de Weibo, la red social en la que los censores no dan
abasto para borrar los rumores que se multiplican cada día.
Aunque
muchos todavía sospechan que los intereses de las grandes farmacéuticas están
detrás de la alarma que ha provocado este nuevo brote, para el que no existe
todavía vacuna alguna, las bromas de hace dos días, cuando se conoció la muerte
de dos personas en Shanghái, han dejado paso al recelo. “Hay quien habla ya de
cientos de casos que el Gobierno trata de tapar”, comentaba esta tarde otro
internauta poco antes de que su tuit fuese eliminado. No en vano, ha sido en el
ciberespacio donde se ha dado a conocer la identidad de varios de los enfermos,
que luego han confirmado las Autoridades.
Por su
parte, tras analizar la nueva cepa del virus, un grupo de científicos de todo
el mundo, entrevistados por Associated Press, han concluido que el H7N9 podría
ser más difícil de rastrear que su predecesor -el H5N1-, porque podría
extenderse entre las aves sin que estas muestren ningún síntoma. Por eso, y
ante la posibilidad de una mutación que facilite el contagio a otras especies
animales, urgen a las autoridades veterinarias de China a que lleven a cabo pruebas
generalizadas en granjas de las zonas afectadas y eliminar así el virus antes
de que sea tarde.
“Especulamos
con la posibilidad de que el virus no provoque enfermedad alguna si se mantiene
en aves, pero si, por ejemplo, salta a los cerdos y nadie reconoce la
infección, una transmisión de animal a humano es posible”, ha explicado el
director del Centro de Investigación de la Gripe de la OMS en Tokio, Masato
Tashiro, que ha estudiado la información genética del virus. De momento, hoy el
Ministerio de Agricultura ha asegurado que no se ha encontrado al H7N9 en los
animales analizados.
Pero,
lógicamente, con declaraciones como las de Tashiro, los consumidores chinos
están inquietos. En la carnicería de un supermercado de Carrefour en Shanghái,
los dependientes han reconocido hoy a EL PAÍS que las ventas de pollo y de pato
se han desplomado. “No hemos vendido ni una tercera parte de un día normal”,
aseguraba el dependiente. Una clienta explicaba el porqué: “Seguro que no es
nada, pero voy a dejar pasar unos días antes de volver a comprar, a ver cómo
acaba el tema”. El problema es que, como apuntaba el responsable de la
carnicería, esa actitud de los consumidores puede acarrear grandes problemas
económicos.
Más todavía
si se da a escala continental. Diferentes países de Asia han aumentado ya el
grado de control de los pasajeros procedentes de China, sobre todo de quienes
viajan desde las provincias de Jiangsu y Zhejiang y de la ciudad de Shanghái, y
Vietnam —donde 59 personas han muerto por otros tipos de gripe aviar desde
2003— ha ido un paso más allá al prohibir las importaciones de aves procedentes
del gigante asiático “para prevenir la intrusión del H7N9 en el país”. Por su
parte, el diario de Hong Kong South
China Morning Post publica hoy un editorial en el que asegura
que la crisis actual recuerda la necesidad de mantener la guardia alta. “El
virus parece que ha mutado y las circunstancias son preocupantes”, escribe el
rotativo. “En un momento en el que el SARS se desvanece de la memoria
colectiva, la complacencia irrumpe”, advierte.